El Tren de Arganda vuelve a echar andar el próximo domingo 6 de marzo. Se inicia así la temporada de primavera del nostálgico tren que realiza un recorrido de casi 4 kilómetros por la vega baja del Jarama, entre la antigua estación de La Poveda (Arganda del Rey) y el apeadero de la laguna de El Campillo (Rivas-Vaciamadrid). Además de los tres viajes habituales de cada domingo a las 11:00, 12:00 y 13:00 h, los grupos pueden disfrutar de este tren todos los miércoles o realizar el viaje en un coche salón de época.
El mítico convoy, famoso por el dicho “el que pita más que anda” por lo lento de su marcha en épocas pasadas, está gestionado por la asociación sin ánimo de lucro Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM), que el año que viene cumple 30 años de actividad.
El viaje discurre por un tramo de la antigua línea de Madrid a Arganda, que formaba parte del Ferrocarril del Tajuña. En la estación de La Poveda, desde donde arranca este tren, se encontraba la Azucarera de Madrid y de allí partían dos líneas de ferrocarril hacia Ciempozuelos y Torrejón de Ardoz.
Los viajeros se desplazan en antiguos coches de madera con balconcillo: el AC201 fabricado por Carde y Escoriaza en 1916 y los coches C-1 y C-2, reconstruidos por la Escuela Taller Román Aparicio de Arganda, además de otros coches según la cantidad de viajeros. Todos ellos arrastrados por coquetas locomotoras de vapor o diésel.
El tren circula los domingos de primavera y otoño a las 11:00, 12:00 y 13:00 h. y su coste es de solo cinco euros por viajeros, salvo los niños menores de tres años que no pagan billete.
Durante el trayecto de ida y vuelta de unos 45 minutos, el tren cruza el río Jarama por el mayor puente metálico ferroviario de la Comunidad de Madrid, y discurre paralelo a los riscos de El Piúl en dirección a la laguna de El Campillo. En el apeadero del Campillo, la locomotora efectúa la maniobra para el regreso, que puede ser contemplada en vivo por los viajeros.
En el paraje natural de la laguna, se puede disfrutar de las aves que anidan en la laguna y los cortados yesíferos del Parque Regional del Sureste, como los zampullines, garzas reales, somormujos o patos cuchara.
Pero no solo el convoy es protagonista de esta vuelta al pasado, ya que toda la línea y sus instalaciones constituyen el Museo del Tren de Arganda. Y en este ‘museo vivo’, también se puede disfrutar de la gran maqueta a escala HO de la Asociación Cultural Ferroviaria de Madrid (Asocufe) situado en el apeadero de La Poveda a escasos 250 metros de la estación. Para hacer más cómoda la visita, al término de cada viaje, excepto el último, se pone en circulación un tren lanzadera hasta el apeadero al precio de dos euros.
Viajar en un coche salón de época
Como alternativa a este viaje, se puede realizar el recorrido hasta la laguna del Campillo en el coche salón MA AS1 fabricado por Carde y Escoriaza en 1901. Este es un señorial coche de madera, decorado por amplios butacones tapizado en terciopelo, en el que viajaban los directivos de la compañía de este ferrocarril.
Este coche se puede fletar para grupos de 10 personas a un precio total de 100 euros, es decir a solo 10 euros por viajero, frente a los 5 que sale el viaje normal.
Viaje de grupo
También se puede viajar en el Tren de Arganda y visitar el museo en grupos escolares o de asociaciones todos los miércoles en las temporadas de primavera y otoño. La visita consiste en el viaje habitual hasta la laguna de El Campillo y la visita a la estación de La Poveda, donde se puede visitar su patrimonio ferroviario compuesto por un depósito de agua con su aguada, un antiguo puente de semáforos, un paso a nivel, una carbonera o una caseta de enclavamientos y señales.
CIFVM, una asociación sin ánimo de lucro
En 1987, el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor (CIFVM) fue creado por un grupo de aficionados para disfrutar de su afición de modelismo tripulado de 5 pulgadas. Tres años más tarde, decidieron comprar la primera pieza de tamaño real, una locomotora de vapor de ancho de vía métrica que iba a ser desguazada en una chatarrería asturiana.
Esta locomotora, que recibiría el nombre de la localidad de adopción, la ‘Arganda’, fue guardada en una nave industrial muy próxima al antiguo Ferrocarril del Tajuña, que les había cedido el Ayuntamiento de esta localidad.
Siguieron trabajando en su primitiva afición de modelismo pero, poco a poco, fueron consiguiendo más vehículos ‘reales’: dos cisternas del Ferrocarril del Tajuña o cuatro vagones de Ferrocarriles de la Generalitat Catalana.
En noviembre de 1997, dejó de circular el último tren del Ferrocarril del Tajuña en su tramo entre la cementera de Morata de Tajuña y Vicálvaro, y la asociación consiguió de la Comunidad Autónoma de Madrid que no se desmantelase el pequeño tramo por el que ahora circula su tren.
En mayo de 2003 y después de varios años de reconstrucción de la línea y del material ferroviario, se inaugura el Museo del Tren de Arganda del Rey y se pone en marcha este Tren de Tajuña.
A partir de entonces, CIFVM se ha dedicado a la compra y restauración de nuevo material, el mantenimiento del antiguo y de la línea por donde circula o a la promoción del Tren de Arganda que, desde luego, ahora sí que pita y sí que anda.
Para más información:
Información: CENTRO DE INICIATIVAS FERROVIARIAS VAPOR MADRID