Las vacaciones, ese ansiado periodo de descanso y desconexión, pueden paradójicamente convertirse en una fuente de estrés y ansiedad para muchas personas. Las expectativas, la planificación y la ruptura de la rutina son factores que pueden desencadenar diversas dificultades psicológicas. Hoy vamos a tratar de explorar las causas de estas tensiones y trataremos de ofrecer algunos remedios para disfrutar de un merecido descanso sin
sobresaltos.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de estrés vacacional? La primera de ellas es, sin duda, tener unas expectativas altas. La presión por tener unas vacaciones perfectas puede ser abrumadora. Las imágenes idealizadas en redes sociales y la presión social pueden generar expectativas poco realistas. Olvídate de tu Instagram y, sobre todo, del Instagram de tu vecino/a; trata de disfrutar del momento y mantén alejada esa necesidad de aparentar una felicidad constante.

En segundo lugar, planifica tu viaje. Organizar un viaje requiere tiempo y esfuerzo.  Reservas, itinerarios, equipaje y presupuestos son aspectos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden causar ansiedad. Obviamente, las diferencias individuales marcan el cómo nos sentimos ante este tipo de situaciones; en ocasiones, un viaje no planificado, totalmente improvisado, puede ser la mejor solución.

En tercer lugar, olvídate de tu jefe/a y de tu trabajo. Para muchas personas, desconectar del trabajo no es fácil; la preocupación por dejar tareas pendientes o la necesidad de estar disponible pueden impedir un verdadero descanso. Para tratar de ponerle una solución eficaz, trata de desconectar del trabajo de manera gradual.

Otro aspecto a tener en cuenta es el cambio de rutina; adaptarse a un nuevo entorno y horario puede ser desafiante, especialmente para quienes tienen una rutina diaria muy estructurada. Trata de establecer pequeñas rutinas (por ejemplo, ir a desayunar a un sitio concreto, o dar un paseo a una determinada hora), para sustituir tus rutinas del resto del año. Pero recuerda: no es necesario planificar cada minuto del día.

Finalmente, gestiona tu tiempo con la familia y/o amigos. Las vacaciones se convierten en un espacio de interacción constante que suele generar fricciones. Reservar momentos para la introspección y el descanso personal es esencial, especialmente para quienes necesitan un espacio tranquilo para recargar energías.

Las vacaciones deberían ser un tiempo para relajarse y disfrutar, pero es normal que algunas personas enfrenten dificultades psicológicas al comienzo de este periodo. Reconocer las causas del estrés y aplicar estrategias para mitigarlo puede transformar la experiencia vacacional en algo verdaderamente placentero. Planificación adecuada, gestión de expectativas y prácticas de autocuidado son claves para unas vacaciones relajantes y revitalizantes.

¡Feliz descanso!