Contra el insulto disfrazado de periodismo

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En sus catorce meses de vida, ésta es la primera vez que RIVAS ACTUAL publica un artículo editorial. No es casualidad, como no lo es que no exista la habitual sección de Cartas al Director ni la también habitual columna para cada uno de los partidos con representación institucional en el Ayuntamiento. No creemos que la opinión deba sustituir a la información, porque en los tiempos que corren existe una tendencia excesiva a confundir ambas cosas, y quien lleva las de ganar es la opinión, que cada vez más está usurpando el espacio de la información y presentándose con el ropaje de ésta, cuando debería ir vestida tan sólo con sus ropas, muy dignas por sí mismas.

Hay quien no cree en esto y piensa que no existe la objetividad en la información y que, por tanto, la opinión es lo único válido, porque toda información es una opinión, e interesada en la mayoría de los casos. No será RIVAS ACTUAL quien lo refute, porque el carácter de mito sobre la objetividad de los medios de comunicación es algo que tenemos claro en esta revista. Lo que ocurre es que, aceptándolo, también creemos que una cosa es que no exista la objetividad absoluta y otra bien distinta que haya que renunciar a alcanzar la máxima objetividad de la que, honradamente, se sea capaz.

También creemos que el periodismo se distingue de la propaganda en el planteamiento básico y en el conocimiento y uso de unas reglas elementales de actuación y de unas técnicas que no se refieren sólo, ni principalmente, al cómo escribir (aunque también), sino a cómo informarse acerca de lo que se va a contar después a las y los lectores. Hay un aspecto ético, evidentemente, y también un aspecto técnico. Las condiciones materiales en las que se desarrolla toda actividad humana se encargan, después, de matizar la aplicación de estos hermosos principios, y quienes hacen una publicación se encuentran con que para contrastar determinadas informaciones, por ejemplo, hay que dedicar unos recursos de los que se carece. En esos casos, lo que suele ocurrir es que se renuncia a publicar sobre ciertos acontecimientos, en la certeza de que no ha sido posible hacerse con una versión fiable de los mismos. En otras ocasiones, la confianza en una fuente suple a la constatación personal, algo que no sólo ocurre en la vida particular, sino también en los medios de comunicación, incluidos los más grandes.

Cuando se renuncia a separar opinión de información, pero no se advierte de ello a las y los lectores, y cuando, además, se mantiene la más absoluta falta de criterio sobre qué cosa es opinión y qué cosa es simple maledicencia, a lo que se da lugar es a un foro en el que prospera el cotilleo y la difamación, mientras que aquello que pueda catalogarse como información naufraga entre tanta ola de bilis. Si además el medio en el que esta situación se da reúne condiciones tan espléndidas para la propagación del rumor y la calumnia, como los foros de Internet, entonces se convierte en ostensiblemente perjudicial para el conjunto de la sociedad esa falta de criterio para separar información de opinión y, dentro de esta última, lo que es una opinión legítima y lo que es simple calumnia

Recientemente, en «Rivas hoy», una publicación en Internet de ámbito local, se ha dado, en nuestra opinión, un caso de éstos. Estamos convencidos de que se han dado más en los últimos meses, pero en uno de ellos el objeto de la calumnia ha sido esta revista y algunos de sus colaboradores. Y esa es la razón de que creamos que tales cosas no deben pasarse por alto. Hablamos de un comentario publicado con fecha 10 de marzo pasado, firmado con el pseudónimo de ‘saociocovibar’ y titulado «Muchos años de gobierno monocolor» (http://www.rivashoy.es/muchos-a-os-de-gobierno-monocolor-vt3294.html), que reproducimos íntegro y textual:

«La telaraña social que suponen muchos años de gobierno monocolor en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, y a la innumerable lista de cargos de confianza que pagamos entre todos, vamos a sumar el poder que se ejerce desde Izquierda Unida con los Medios de comunicación locales.

Para ello os invito a que repaséis los artículos de colaboradores y redactores de las revistas locales “El Este de Madrid” y » Rivas actual «, para que veáis de qué manera tratan las noticias de nuestra ciudad y de nuestra cooperativa en particular. Son revistas totalmente afines a la reducida» Rivas al día».

En este MAL MEDIO, (también afín a izquierda Unida) fueron administradores, primero Irene PM hasta el mes de Junio, y a partir de esta fecha entran a administrar la página: Leticia VP, Hernán BV y Fernando GH, hasta Febrero de este año, se nos ha insultado con el beneplácito sobre todo de estos tres últimos malos-moderadores que han consentido que seudónimos nos insultaran e intentaran destruir Covibar y cambiar la Junta.

Pues bien, tenemos COMO PREMIO a Leticia VP, Hernán BV , como redactores de “Rivas Actual”, a IrenePM como redactora de “Rivas al Día” y quizás pronto veamos a Fernando GH en otro medio que controle Izquierda Unida y que sirva para destrozar a Covibar y a su nueva Junta Rectora.

Lo que tengo claro es que el grupo mayoritario del equipo de gobierno municipal (Izquierda Unida) está dispuesto a enfrentarse con esta cooperativa, y que paga y bien los servicios prestados a quienes les ayudan en su propósito.

Menos mal que en un par de meses Izquierda Unida, estará fuera del Ayuntamiento.»

El comentario está plagado de afirmaciones sin sentido, como que en el Ayuntamiento de Rivas hay desde hace muchos años un gobierno monocolor, que además da título al comentario, cuando cualquier consulta a la hemeroteca o a la Junta Electoral permitiría a su autor, si es que no ha sido capaz de enterarse de manera más natural, de que en Rivas hay un gobierno IU-PSOE, desde hace doce años, en el que IU es la fuerza mayoritaria, pero no la única. Monocolor significa un solo color, algo incompatible con dos partidos.

De ahí el comentarista (usaremos el artículo en masculino singular para simplificar la redacción, conscientes de que también puede tratarse de una mujer, o de varias personas) pasa a referirse a «Rivas Hoy» como un medio afín a Izquierda Unida (obviando que es el medio en el que él hace innumerables comentarios, además de otros que, firmados con otros nombres, van en sentido similar a los suyos), lo que crea, de hecho, un vínculo entre el Ayuntamiento e Izquierda Unida, y entre esta formación política y Rivas Hoy. A continuación, arremete contra quienes fueron en su momento administradores de la publicación porque, en opinión del comentarista, permitieron que se insultara a un grupo de gente al que no se identifica pero que hay que suponer que se trata de quienes ganaron la asamblea general de Covibar celebrada el pasado año, y en la que se cambió a la anterior Junta Rectora.

Entre estos antiguos administradores de la página menciona a dos, Hernán BV y Leticia VP, que se corresponden con dos colaboradores de RIVAS ACTUAL, Hernán Bravo y Leticia Vázquez. El comentarista les achaca haber recibido, «como premio» a su actuación como administradores de Rivas Hoy, un cargo de redactores de RIVAS ACTUAL. Parece que el comentarista cree que, además de como premio, este cargo les sirve para «destrozar a Covibar y a su nueva Junta Rectora».

En un alarde de inconsistencia, ‘saociocovibar’ afirma en el penúltimo párrafo que Izquierda Unida es «el grupo mayoritario del equipo de gobierno municipal», algo que contradice el propio título de su artículo. No queda claro si el comentarista entiende que el PSOE, que es el socio minoritario de ese Gobierno, es cómplice en esta confabulación contra «Covibar y nu nueva Junta Rectora», o bien que es un cero a la izquierda que está en el Gobierno, pero como si no estuviese.

En cualquier caso, y abandonando sin recato alguno a ‘saociocovibar’ a la deriva en el mar de ignorancia en que se encuentra, nos preocupan dos de las afirmaciones que hace: que RIVAS ACTUAL está al servicio de Izquierda Unida y que es «afín» a la revista municipal, «Rivas al Día»; y que Leticia Vázquez y Hernán Bravo están como redactores en RIVAS ACTUAL como «premio» a una determinada actuación.

RIVAS ACTUAL siempre ha procurado contrastar las informaciones, especialmente si hemos valorado que podrían tener algo de polémicas. Todos los partidos políticos pueden atestiguarlo, porque todos han recibido, en uno u otro momento, alguna llamada de RIVAS ACTUAL pidiéndoles su versión de algún acontecimiento o de las declaraciones hechas por alguien. En la mayoría de los casos la han dado, aunque en alguna ocasión no nos ha sido posible conseguirla. No obstante lo anterior, no ocultamos que, como cualquier otra publicación, nos desenvolvemos en un determinado terreno ideológico que podemos calificar de progresista, con toda la ambigüedad que el término tiene.

Sin embargo, de ahí a pensar que estamos a sueldo de un partido determinado, o del Ayuntamiento, o ni siquiera que tengamos afinidad (salvando la natural que pueda darse por similitudes ideológicas) con ninguna otra revista, ni municipal ni privada, media un largo trecho. Esto es lo que se define como calumnia, porque una opinión no fundamentada deja de ser simple opinión cuando se hace con evidente propósito de perjudicar la imagen y el buen nombre de una persona o entidad. Y ése es el caso.

Y si es calumnia decir esto de RIVAS ACTUAL, más lo es aún lo que dice ‘saociocovibar’ acerca de Leticia y Hernán. Tal como este último ha contestado en «Rivas Hoy» a su calumniador, y que es cien por cien extensible a Leticia Vázquez, ambos se ofrecieron a colaborar con RIVAS ACTUAL por razones particulares, que sólo ellos deben explicar públicamente si les parece bien. Y lo hicieron de forma gratuita, porque RIVAS ACTUAL les explicó que no era posible contratar redactores, ni a tiempo total ni parcial. Ni siquiera nos resulta posible pagar las colaboraciones de forma aislada.

Entendemos que su interés radica, como en el caso de los otros tres colaboradores de la revista, en la experiencia práctica que obtienen con ello tratándose en casi todos los casos de personas que están estudiando o acaban de terminar la carrera de Imagen y Periodismo. Por nuestra parte, procuramos aportarles una compensación a su esfuerzo, y es que realmente obtengan algo que pueda denominarse formación práctica. Que puedan ver cómo se hacen en la realidad muchas cosas que seguramente en la teoría de la carrera quedan poco o nada explicadas. Si en los créditos de la revista aparecen como ‘colaboradores’ y no como ‘redactores’ no es por capricho, sino porque de esa manera pretendemos expresar que no tienen ningún tipo de relación contractual con la revista ni su empresa editora, que no cobran absolutamente nada por su labor y que tampoco puede hacérseles responsables de lo que la revista publica, más allá de lo que ellos mismos firman.

¿En qué se basa ‘saociocovibar’, sin embargo, para afirmar cosas tan calumniosas? En nada. Exclusivamente en su deseo de herir y en su ignorancia respecto a cómo hacerlo. La persona o personas que están tras ese pseudónimo son, evidentemente, las responsables de estas calumnias, pero también querríamos llamar la atención al medio, a «Rivas Hoy», acerca de qué es admisible como opinión y qué no lo es.

Creemos que un medio en Internet que fomenta la participación del público como productor de «información» debe tener un cuidado especial en vigilar lo que se escribe y la base que ésto tiene. Una publicación más tradicional tiene una plantilla limitada y, como tal, es conocida por los responsables de la información que es publicada. Si deposita su confianza en unos determinados periodistas es, se supone, porque éstos le han demostrado que puede hacerlo. Y si defraudan esa confianza, la publicación puede despedirlos o remediar el mal que hayan podido causar. En cambio, una publicación que prefiere hacer de cada ciudadano un corresponsal, debe estar mucho más atento a estas cuestiones, porque ¿cómo puede depositar confianza alguna en quien no conoce? ¿Cómo es posible admitir que alguien sea «corresponsal» y que escriba textos que puedan aparecer ante los ojos de mucha gente como «información», si ni siquiera se conoce su identidad? El uso del pseudónimo en el periodismo es algo con larga tradición, pero el editor conoce siempre la identidad real de la persona que se esconde tras el pseudónimo, y puede, en caso de necesidad legal o ética, hacerlo público. ¿Puede decir lo mismo «Rivas Hoy» respecto a los comentaristas que escriben en su página? Si la respuesta es que no, como creemos, estamos convencidos de que debería cambiar varias cosas para evitar que estas situaciones sigan dándose.

Abríamos este editorial recordando que era la primera vez que incluíamos uno en las páginas de la revista. Es nuestro deseo que no se vuelva a dar la necesidad en el futuro, al menos por estos motivos. De la sensatez y cordura que nos vemos obligados a suponer en todas las personas, esperamos que se termine con esta pésima costumbre de usar de la difamación como forma de saldar cuentas que deberían poder saldarse de forma abierta y por procedimientos regulares y naturales.