Covibar EBA gana en casa y casi asegura la categoría

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Covibar EBA ganó ayer, sábado, a Universitat Politécnica de Valencia (70-65) en un partido trabado y con más desaciertos que aciertos por ambos bandos. El equipo ripense vuelve a situarse en la mitad de la tabla, con doce victorias e igual número de derrotas, pero los tropiezos sufridos por los equipos de la cola de la clasificación hacen casi segura su permanencia en la categoría, cuatro jornadas antes de terminar la fase regular.

Mal partido el que ofrecieron ayer Covibar Rivas EBA y Universitat Politécnica de Valencia en el Cerro del Telégrafo. Los valencianos cuentan sus partidos por finales en su afán por agarrarse a las victorias que les alejen del descenso. A causa de ello vuelcan en la cancha una inquebrantable agresividad en defensa que si se viera mejor acompañada por el bagaje atacante, quizás les mantuviera en mejores posiciones en la tabla.

La creencia inicial de Alberto Rubio de que en este partido podría ser una buena idea buscar el juego interior, se vio desmentida por una defensa enormemente cerrada y bastante ayudada por la política de no intervención arbitral en muchas jugadas en las que las manos y los cuerpos se prodigaron excesivamente para dificultar, y finalmente impedir, la mayoría de las canastas intentadas por Rivas de esa forma.

La alternativa era obvia. El juego exterior debería haberse vuelto la alternativa viable en vista de las minas sembradas en la pintura valenciana. Pero entre que los universitarios se dejaban jugada tras jugada el alma en la defensa, llegando a la mayoría de los posibles tiros de los ripenses; y que el acierto no acompañaba a las muñecas de éstos, el resultado fue el de un atasco en el marcador bastante llamativo, ya que tampoco Valencia era capaz de anotar con fluidez.

Al descanso se llegó, como consecuencia de ello, con un parco 39-36 en el electrónico. Ese triste marcador era el reflejo de los constantes fallos de uno y otro equipo, con pérdidas de balón por ambos lados que facilitaban un ir y venir de una canasta a otra sin provecho para nadie. La vuelta del vestuario registró una subida de tensión en los ripenses, lo que se tradujo en jugadas mejor hilvanadas y situaciones más claras de canasta. Sólo el desacierto en el último momento impidió que el tercer cuarto fuera el escenario de una ruptura en el luminoso.

Pasado ese momento dulce, ambos equipos volvieron a un ten con ten en el que de nuevo pesaban más los errores que los aciertos. Quizás aquí hay que hablar de un arbitraje que sin llegar a ser anti casero, sí que resultó excesivamente permisivo con los ‘juegos de manos’ que los valencianos hicieron en defensa durante toda la segunda parte. Se volvía realmente duro y difícil entrar a canasta porque la constante presión de los jugadores sobre los colegiados parecía dar su fruto y éstos dejaban correr los manotazos y los codos un poco más allá de donde parece aconsejable para que sea posible ejercer el derecho de todo jugador a intentar el enceste.

Fuera como fuese, lo cierto es que si bien Valencia no dio en ningún momento sensación de ser capaz de llevarse el partido, tampoco Covibar Rivas dejó ver con claridad su candidatura al triunfo. Hasta el último minuto de juego las diferencias (siempre, eso sí, a favor de Rivas) fueron mínimas, hasta de dos puntos en varios momentos. Sólo en los segundos finales Covibar consiguió mantener la cabeza fría y defender una mínima renta de cuatro puntos que a la postre resultó suficiente para casi asegurar su permanencia en EBA.

En la próxima jornada los de Alberto Rubio viajarán a Gandía para medirse al equipo local, un conjunto que comenzó con mejor pie la temporada, pero que en la segunda vuelta ha bajado el nivel, hallándose tras esta jornada un puesto por debajo de Covibar en la clasificación, décimo con 11 victorias y 13 derrotas. Su peligrosa proximidad a las posiciones de descenso le convertirán a buen seguro en rival difícil, y más aún en su cancha, pero los de Rivas tienen el inmenso aliciente de que, en caso de ganar, y salvo una desastrosa combinación de resultados, la permanencia sería ya prácticamente irreversible.