En lugar de hablar de realidades, como el carril bici, el enlace a la M50, la seguridad, el precio de la vivienda… el equipo de Gobierno ha preferido instalarse en una especie de Matrix, la construcción de una supuesta ciudad ideal, perfectamente ajustada a sus dogmas ideológicos, que llegará a través de grandes planes y acciones rimbombantes: ‘Rivas, párate a pensar’, ‘Agenda Urbana’, ‘Proyecto Horizonte’… y por supuesto el Plan Especial para el Cubrimiento del Metro y el Plan General de Ordenación Urbana… Es un Gobierno municipal que no se dedica a gobernar, sino a hacer planes. Planes fantasmagóricos, llenos de grandes conceptos y sin concreciones, sin dotaciones presupuestarias…. Pero por supuesto con mucha consulta a los vecinos. La realidad es que la participación ciudadana, siempre de los mismos, se ha convertido en la excusa perfecta para la inacción de Izquierda Unida.

Gobiernan por inercia, sin pisar la calle, pensando en grandes dogmas ideológicos. Rivas necesita un cambio, un chute de energía, nuevos equipos con más ideas y más ganas, sin compromisos, sin enchufismos.

En la reciente entrevista a la alcaldesa, ¿cuándo dice “Aquí se va a construir más, pero con cierto control”, nos está diciendo que antes, gobernando los mismos, en Rivas se construía con descontrol? ¿O que en Rivas no se aplican las normas urbanísticas que rigen en todos los municipios cercanos? ¿Es que en Madrid, en Getafe, en Fuenlabrada, en Arganda, en Coslada…. se construye de forma descontrolada y solo en Rivas se hacen bien las cosas? La verdad es que tiene mérito: en diez palabras, con una sola frase, la alcaldesa nos deja claro su adanismo y su nulo respeto por las leyes urbanísticas. Ellos han inventado un nuevo juego, con sus propias reglas, y las normas urbanísticas no les competen.

En lo urbanístico, Rivas no es la aldea gala de la izquierda; es la capital de las cacicadas, donde todo depende de las ocurrencias de turno del Ayuntamiento: párate a pensar, criterios para los criterios del plan general de urbanismo, Agenda Urbana… cualquier cosa menos ponerse a dar licencias con normalidad, para que haya más vivienda y su precio se modere. Hasta su Plan de Vivienda es un bluff: todavía no tenemos nada porque, dicen, “tenemos que preguntar a nuestros vecinos y vecinas”. No hace falta que la alcaldesa pregunte a nadie, lo que hay que hacer es gestionar, no entorpecer las licencias, asumir que si los precios de la vivienda están disparados en Rivas, un 5,6% de subida en el segundo trimestre, más que en ninguna otra ciudad de la corona metropolitana, más incluso que en Madrid, es por sus decisiones políticas. Y que el Ayuntamiento no se escude en la Comunidad de Madrid, pidiéndole medidas que sabe que no va a aplicar, como la declaración de zona tensionada, porque perjudicarían aún más a los ciudadanos.

No están respondiendo a los problemas reales de los ciudadanos, sino haciendo ingeniería social. Mientras tanto, el precio de la vivienda se ha disparado. La solución no puede venir solo de la vivienda pública, como piensa la alcaldesa. La realidad es que el mercado de la vivienda es parte de la economía de mercado, y cuando se estrangula la oferta, como hace el Ayuntamiento desde 2021, la demanda se encarece y se encarece.

Necesitamos que el Ayuntamiento deje de poner trabas en las licencias, que se conceden a cuentagotas. Si no hay un cambio, cada vez más jóvenes de Rivas Vaciamadrid tendrán que irse a vivir a otros municipios cercanos, municipios sin la vivienda tan cara y donde nadie les dirá cómo tienen que vivir.