El Hospital del Sureste busca rebajar el plazo de 12 años en diagnosticar los «golondrinos»

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Aspecto de un absceso de hidrosadenitis supurativa
Aspecto de un absceso de hidrosadenitis supurativa
Aspecto de un absceso de hidrosadenitis supurativa

Los hospitales universitarios ‘Infanta Sofía’ y del ‘Sureste’, cuentan con sendas unidades de hidrosadenitis supurativa, popularmente conocida como «golondrinos», con consultas pioneras especializadas en esta patología dentro de la red pública de la Comunidad de Madrid. El objetivo es reorientar el manejo de los pacientes y mejorar la calidad de vida de los mismos. Se pretende rebajar sensiblemente el plazo de diagnóstico de la enfermedad, que en la actualidad está en una media de 12 años.

Estas unidades, que pertenecen a los servicios de dermatología de ambos hospitales, son un paso intermedio que palia los efectos de la enfermedad y retrasa en lo posible la cirugía, en algunos casos muy repetitiva. Así, se ha conseguido adscribir a pacientes de distintos puntos de la región aunando protocolos de atención. Las consultas cuentan con ecografía cutánea como herramienta básica de control que permite valorar la evolución clínica de las lesiones. Las unidades de los centros hospitalarios «se han creado con el fin de concienciar a los médicos de familia de que deben hacernos llegar a los pacientes a Dermatología cuanto antes para que sean tratados más convenientemente», según explica una fuente del Hospital del Sureste.

La hidrosadenitis supurativa es una enfermedad inflamatoria cutánea crónica que cursa con brotes de intensidad variable. Afecta aproximadamente al 1% de la población aunque en algunas series se habla de hasta el 4 %. Los pacientes afectados suelen tardar una media de 12 años en ser diagnosticados. Aunque algunas de las manifestaciones de esta enfermedad se conocen coloquialmente como “golondrinos”, la hidrosadenitis va mucho más allá de un simple absceso en la axila o en la ingle.

Suele cursar con brotes recurrentes caracterizados por lesiones muy dolorosas, supurativas y generalmente malolientes que afectan las grandes áreas intertriginosas corporales como axilas e ingles. Se asocia a numerosas comorbilidades como la artropatía, el síndrome metabólico, enfermedad inflamatoria intestinal, anemia de trastornos crónicos, amiloidosis e, incluso, con carcinomas epidermoides sobre las áreas afectas. Se asocia con frecuencia a cuadros depresivos y a alteraciones en la esfera psicosocial debido al dolor, al mal olor y a las cicatrices. Es de las enfermedades dermatológicas que provocan una mayor pérdida de días de trabajo al año en relación a la enfermedad.

Estas unidades se han creado con el fin de reorientar el manejo de los pacientes y mejorar su calidad de vida. Contar con una Unidad especializada rompe el bucle tradicional de derivación de primaria a cirugía lo que aporta un paso intermedio que palia los efectos de la enfermedad y retrasa en lo posible la cirugía que, en algunos casos, suele ser muy repetitiva. De esta forma, se ha conseguido adscribir a las unidades a pacientes de distintos puntos de la región atendidos en primaria, cirugía, urgencias, digestivo y reumatología aunando protocolos de atención y resolución de problemas.

La ecografía cutánea es una herramienta básica con la que se cuenta. Es una técnica diagnóstica inocua e indolora que permite valorar la evolución clínica de las lesiones dermatológicas. El ecógrafo cuenta con sondas lineales de hasta 18Mhz que permite valorar la piel con una sensibilidad suficiente como para discriminar las tres capas cutáneas y la patología que las afecta.

Manejo del paciente

La hidrosadenitis supurativa es más frecuente en mujeres y suele debutar en la pubertad con lesiones axilares dolorosas con posterior afectación de otros territorios como las ingles o la región anogenital. La mayor intensidad de los síntomas coincide con la 3ª y 4ª década de la vida.

En cuanto al tratamiento de la hidrosadenitis supurativa, hasta hace relativamente poco tiempo no existía un tratamiento médico específico que permitiera controlar las formas más graves de la enfermedad. En la actualidad existen nuevas alternativas terapéuticas que permiten modificar el curso de la enfermedad. Además, es preciso reseñar que, incidiendo en el control de los posibles desencadenantes y con tratamientos tópicos, se controla a la mayor parte de los pacientes.

Para las unidades ha sido muy importante la colaboración bidireccional con otros servicios, como atención primaria, cirugía general, digestivo y reumatología para la adscripción de pacientes a las unidades y para el control de las comorbilidades asociadas. En este sentido, se ha seguido el modelo de las unidades multidisciplinares.