RIVAS ACTUAL: Tu curriculum profesional es ciertamente muy variado y llamativo, ¿como qué prefieres que te califiquen: como manager, como experto en producciones musicales, como responsable de organización de festivales, como alguien que ha trabajado con personas drogodependientes…? ¿Cómo te defines tú?
EMILIO ORTIZ: La definición exacta no la sé, pero creo desde hace años que soy un trabajador de la música, que es una de mis grandes pasiones, sobre todo la música en directo. Luego está también la otra pasión desde hace muchos años, como psicoterapeuta que me he formado y he trabajado en el Proyecto Hombre, en Italia y en España. Aparte de eso, es verdad que he trabajado durante años como manager (palabra que, por cierto, no me gusta nada, prefiero la española de “representante”). Así que debo ser una mezcla de todo.
E.O.: Sí, es verdad, me formé en Italia y después he trabajado en varios sitios, dentro y fuera del Proyecto Hombre, pero siempre en lugares en los que han seguido la filosofía de trabajo de ese proyecto. Incluso después de dejarlo, después de más de doce años trabajando en ello (un periodo mucho más largo de lo que los formadores dicen que suelen aguantar como media quienes se dedican a esto), he colaborado con instituciones como la cárcel de Soto del Real, o aquí mismo, en Rivas, con institutos y colegios dando charlas formativas acerca de las drgogodependencias, sobre cómo no entrar en ellas y también sobre cómo salir. Ayudar a la gente en estos temas es algo que apasiona y por eso nunca lo he dejado del todo, siempre procuro estar ahí para seguir aportando algo…
RA: Aparte de ese trabajo como psicoterapeuta, dices que la música es tu gran pasión, sin embargo tú nunca has sido músico…
E.O.: No, mi vinculación con la música es en calidad de gestor, representante y organizador, sobre todo de la música en directo: festivales, giras… Todo empezó a mediados en 1996 ó 1997, no recuerdo bien, cuando unos amigos que llevaban la mítica sala madrileña Revólver me llamaron para colaborar con ellos. Yo entonces aún estaba trabajando en Proyecto Hombre, pero me interesé por ese otro trabajo en el mundo de la música, de las actuaciones en directo. A partir de ahí, no he dejado de ver esa profesión como la mía propia. Quienes llevaban la sala Revólver montaron después Festimad, en Móstoles, y yo trabajé ahí, llevando temas de seguridad. Fue un extraordinario aprendizaje para ver qué es lo que se necesita realmente para organizar un macroconcierto o un festival de las características de aquél.
El siguiente gran paso en este mundo me llegó el día, a finales de los 90, en que me dijeron que la persona que iba a viajar con un grupo en una gira no iba a poder estar, por lo que me ofrecieron ir como ‘tour manager’, es decir quien viaja con el grupo y se encarga de todo lo relativo a esa gira. El grupo se llamaba Amparanoia y yo acepté, de lo cual me alegro mucho. Después fueron llegando otros grupos, con los que también salí de gira e hice conciertos en directo. El tema, la verdad, me enganchó mucho… y hasta ahora. Desde luego, quizás el paso clave de mi carrera en este sentido lo di cuando el sello Lokomotiv me ofreció encargarme de la parte de escenario en una gira de Mago e Oz. Ahí conocí al grupo y poco después los miembros de éste me propusieron quedarme con ellos como uno más, no como un manager ajeno. Con ellos llegaron las giras internacionales, el ‘salto del charco’ a Estados Unidos…
E.O.: El mundo de la música ha vivido una época de excesos, como ha ocurrido en otros sectores, en la que se cobraban verdaderas fortunas or las actuaciones. Yo mismo he de reconocer que en muchas ocasiones lo que se pedía como caché por una actuación no tenía lógica, pero como parecía que se pagaba cualquier cantidad… Para intentar cambiar esto habría que buscar fórmulas que apuesten menos por la grandilocuencia del pasado inmediato y más por lo pequeño, o lo relativamente pequeño. La actuacion en directo en salas para 500 ó 600 personas podría ser una buena manera de afrontarlo. En Rivas, en concreto, eso es difícil, porque hablamos de un tamaño de sala que no bunda… Además está la comodidad de la gente, que se ha acostumbrado a ir a unas cuantas salas de Madrid y parece que ya no hay nada más.
Cualquier propuesta nueva tiene que tener claro la necesidad de invertir en promoción como parte fundamental de la apuesta que se haga. Ahora, eso sí, las apuestas en salas de esas características deben hacerse poniendo en ellas profesionalidad a todos los niveles, en la promoción, en los equipos de sonido, en el servicio de bar, en la representación, en los artistas… Si no se hace con profesionalidad, si no lo hace gente que realmente sepa de qué va este mundillo, las apuestas probablemente salgan mal.
Además hay que tener claro que no se puede pretender que los rendimientos de apuestas de este tipo se empiecen a ver inmediatamente. En ste asunto, el tiempo de maduración de las cosas es fundamental, una sala debe conocerse, debe ganarse un prestigio, y eso sólo el tiempo lo da. Desgraciadamente, en Rivas veo que no se trabaja con ese criterio a menudo. Por el contrario, me parece observar cierto intrusismo.
RA: Probablemente el grupo más puntero de los que has representado sea Mago de Oz, pero llevas la representación de otros muchos e incluso tienes un sello discográfico propio, Pagana Records, que nació aquí, en Rivas. Tienes por tanto un buen conocimiento de lo que se mueve en la música, sobre todo en el campo del rock, ¿qué artistas podrías recomendar a la gente de Rivas?
E.O.: En cuanto a la música en directo, veo a varios artistas muy interesantes, entre ellos Jorge Salán, que tiene su banda propia después de haber estado con Mago de Oz y haber colaborado con gente muy imortante, como Miguel Ríos. Es una grandísima persona y uno de los mejores guitarristas de rock que se pueden encontrar hoy en este país, con una gran base técnica. Sólo tengo que decir que por octavo año consecutivo ha sido considerado el mejor guitarrista de rock de España.
Para que la gente se haga idea, esta última semana Jorge Salán estuvo en Madrid, Valladolid y Sevilla abriendo concierto en una gira de uno de los grupos emblemáticos del hard rock, como es House of Lord. La prensa ha llegado a decir que tendrían que haber sido House of Lord los que abriesen el concierto de Jorge Salán y su Banda.
También destacaría a un grupo gibraltareño que se llama Breed 77, un grupo que lleva tiempo en la brecha y que han teloneado a grandes grupos y han giras inernacionales, como por ejemplo la que les llevó a Japón. Hacen una mezcla de rock y flamenco que tira más hacia el rock de lo que tiraban grupos de los 70 y 80, como Triana o Medina Azahara. Son francamente buenos.