Podría decir que ‘no me gusta Pablo Iglesias Turrión’, pero mejor diré que ‘no me gustan algunas cosas de las que dice y hace P. Iglesias’. Me pareció un joven brillante cuando empezó a destacar en las tertulias televisivas y radiofónicas, con sus discursos, en charlas y debates, etc. Pero ya entonces me resultaba ‘prepotente’, ‘engreído’…, los contertulios con los que debatía claramente estaban menos formados, se les notaba su lentitud de reflejos, así como el desconcierto que les producía el manejo de la palabra, sus recursos de biblioteca, el sarcasmo y la ironía de ese joven imberbe y con coleta. No estaban preparados para ese discurso tan rompedor…
Estoy seguro de que Pablo Iglesias sabía que La Sexta y las otras cadenas de TV y radio le estaban utilizando para atraerse la audiencia más progresista y de izquierdas, pero él, a su vez, se servía de ellos para lanzarse a la `palestra´ de la política, y a la vez lanzar a Podemos.
Son muchos los errores que ha cometido Podemos y por ende Pablo Iglesias, que era quien tomaba las decisiones: son demasiados los compañeros y compañeras que iniciaron el proyecto y que han sido dilapidados; permitir que se produjera la ruptura en el ‘Vistalegre 2’ supuso la primera catástrofe; su marcha de Rivas para comprarse un chalet en Galapagar, además de un error personal, hizo un daño tremendo al partido; muchos fueron los exabruptos de P. Iglesias en el Congreso que perjudicaron su imagen y la del partido, además de servir de munición para los contrarios; etc. A pesar de todo esto, considero que Pablo Iglesias ha sido y es el político más brillante en este país de los últimos tiempos.
Irene Montero ha hecho política desde el corazón, desde los sentimientos, desde su conciencia profunda de clase. I. Montero se ha creído siempre lo que estaba haciendo y lo ha defendido con convicción y vehemencia. Quizás su principal error haya sido ‘hacer poco uso de su mano izquierda’. Su falta de experiencia la ha llevado a decir y hacer cosas que, en esta sociedad tan hipócrita, tan corporativista y tan cargada de intereses espurios, no deben espetarse tan a la cara.
Los poderes ocultos (esos que no han sido elegidos en las urnas), quisieron jugar con Podemos: crearon un partido joven que compitiera con los podemitas, era Ciudadanos, que no resultó. Después se asustaron de que ese partido de ‘desarrapados’ fuera adquiriendo poder y se escapara del control. Inmediatamente decidieron acabar con él: propiciando divisiones como la de Iñigo Errejón; intentando desprestigiar al partido y a sus líderes después; inventando hechos y situaciones falsas (hasta un cuerpo de policía paralelo
crearon); y por último, directamente fueron a por ellos, como es el caso de Irene Montero. Muchos se aliaron para hacer desaparecer a Podemos: el gobierno de M.Rajoy, otros partidos, políticos en la reserva, periódicos y periodistas, jueces y fiscales, cadenas de TV y radio…, se sumaron, hasta compañeros de viaje. La segunda ruptura ha sido la encabezada por Yolanda Díaz, que habiendo sido elegida dentro de la candidatura Unidas Podemos, ha
propiciado la creación de Sumar, con el argumento de que ‘Podemos estaba amortizado’.
Otro error imputable a P. Iglesias, que ‘la nombró sucesora’ sin que las bases de Podemos lo hubieran decidido. Tantos poderes, medios de comunicación, personajes mediáticos, etc., han difamado a Podemos, y una cierta idea de rechazo ha calado entre gentes que solo responden a consignas de la tele, programas de cotilleo o a las noticias falsas en las redes sociales. Pero todo esto se podría haber revertido, Sumar se debería de haber presentado como un proyecto ilusionante de continuidad, recogiendo los logros y conquistas de Unidas Podemos en el Gobierno Central y canalizando las aspiraciones de otras muchas mejoras que la ciudadanía demanda. Pero se ha hecho lo contrario: dar carpetazo a lo anterior y portazo a quienes lo han llevado a cabo, a quienes lo han conseguido.
Una de las principales acusaciones a Unidas Podemos fue ‘la falta de experiencia’. Ahora ya la tienen, han gobernado durante casi cuatro años y han demostrado que lo han hecho mejor que muchos. Pero Yolanda Díaz no ha querido aprovechar todo ese potencial de conocimientos, experiencia y buen hacer, y ha dejado fuera de las listas a personas tan claves como Irene Montero, Rafa Mayoral, Pablo Echenique, etc. Y a aquellas que sí han podido entrar y ser elegidas diputadas/os, parece que están siendo vetadas para ocupar cargos de cierta relevancia. ¿Por qué ese ensañamiento? La obligación de los políticos que nos representan sería, que los mejor preparados sean los que ocupen la primera línea de negociación, de gestión…
Como ejemplo: claramente, el caso de la jugadora de la selección femenina Jeni Hermoso, le da la razón a Irene Montero con su Ley del ‘sí es sí’, pero nadie de SUMAR ha salido abiertamente a defenderlo. Otro ejemplo: acaban de desestimar todos los cargos e imputaciones del caso Neurona (contra miembros de Podemos) por inconsistencia de pruebas (y ya van cerca de veinte desestimaciones), pero nadie de SUMAR ha dicho nada al respecto y, por supuesto, todos aquellos políticos y medios de comunicación que lo
difundieron ‘a bombo y platillo’, no han informado y mucho menos disculpado (solo La Razón en un escueto comunicado).
Yo voto y votaré a SUMAR. Hoy por hoy es el único partido garante de que se llevarán a cabo políticas sociales y en beneficio de todas. Pero, sobre todo, que con el PSOE y todo el espectro de la izquierda juntos, podrán evitar que la derecha y la ultraderecha se hagan con el poder absoluto, sus políticas nos harían retroceder sesenta años atrás y de nuevo al conflicto con algunas comunidades autónomas. Pero eso ni me nubla la mente, ni me impide ser crítico y expresar aquellas cosas con las que no estoy de acuerdo.