¿Y quienes posibilitan a los ricos que lo sean cada día más? Yo hasta ahora pensaba que lo hacían los pobres, que trabajaban para ellos y les hacían ganar mucho dinero. Y eso es así, pero no solo el trabajo de los pobres les proporciona grandes beneficios. Hoy simplemente, disponiendo de información o manipulando la economía, hay gente que se hace inmensamente rica. Por ejemplo, alguien (preferiblemente que sea creíble) filtra que el BBVA se va a fusionar con el Sabadell, automáticamente las acciones del primero bajan y las acciones del Sabadell se disparan al alza. Si unos pocos conocen previamente esa noticia, rápidamente venden las acciones del primero y compran las del segundo, en las dos operaciones han ganado un montón de dinero. Poco tiempo después, alguien filtra que la operación de fusión ha resultado fallida. Los conocedores de la misma, aunque sea solo con unas horas de antelación, venden las del Sabadell antes de que bajen, que seguro bajarán y compran del BBVA, que están más baratas, y seguro subirán. De nuevo en la operación han ganado otro montón de dinero. Y no les ha hecho falta trabajar, solo disponer del dinero para poder moverlo a tenor de la información privilegiada recibida.

Casi todas las operaciones financieras en Europa se referencian al euribor (índice de cálculo de tipos de interés), cuando éste es muy bajo, los bancos ganan menos y por eso nos suben los gastos de todas las operaciones bancarias, incluso, si no ganan suficiente o tienen pérdidas, recurren al Estado que con dinero público (de todos) les rescatan. Su negocio siempre está asegurado. Este es el principio del sistema capitalista, nos dicen que la economía se tiene que regir por el ‘libre mercado’ pero es mentira, cuando las grandes empresas capitalistas, sean del tipo que sean, tienen problemas económicos, es el Estado con dinero público quien sale al rescate. O sea, que el Capitalismo solo es viable, si el Estado asegura constantemente su viabilidad. Los ricos siempre ganan, o cuanto menos, nunca pierden.

Otra fórmula es la transferencia constante de dinero público a manos privadas. Ejemplos educación y sanidad pública. Estos dos servicios públicos requieren enormes cantidades de dinero para que puedan ser efectivos. El capitalismo voraz está empeñado en hacerse con ellos, y en gran parte ya lo ha conseguido. En la educación pública, con los colegios concertados: Según el Ministerio de Educación, en 2019, la Comunidad de Madrid gasta 4.727 euros por alumno en centros públicos (por cierto, mil euros por debajo de la media nacional). En el mismo periodo destinó a conciertos y subvenciones a centros privados 1.104 millones de euros. Mientras que el desembolso en conciertos ha ido aumentando desde 2009 un 26,6%, el gasto educativo en educación pública solo experimentó un crecimiento en esa década del 1,3%. Está claro, el mayor porcentaje de dinero público invertido en educación en los últimos años, acabó en manos de empresas privadas dedicadas a la educación, la iglesia católica como principal beneficiaria (en 2021, han sido 1.164,6 millones de euros, además de los salarios de todos los profesores de religión). Con respecto a la sanidad ocurre lo mismo: Durante 2021, el SERMAS pagó 1.236 millones de euros a la sanidad privada, un 31% más que en 2020. Cualquier intervención sanitaria en la privada, cuesta a la seguridad social, hasta cuatro veces más que si se realizara en centros públicos. Mientras, en la pública, en la Comunidad de Madrid, se mantienen unas listas de espera que ya superan los 850.000 pacientes. En febrero de 2020 Isabel Díaz Ayuso se comprometió a construir 22 nuevos centros de salud. Hoy los pacientes siguen esperando estos nuevos centros, “14 de ellos presentados hace casi diez años”. Otra vez, el dinero público, recaudado a través de los impuestos, sirve para hacer más ricos a los ricos.

Los bancos en España fueron rescatados en el 2012, aunque el Estado ya venía inyectando dinero a Cajas y Bancos desde el inicio de la crisis en 2008. El total estimado fueron unos 74.000 millones de euros, que salieron del dinero de todos, de las arcas públicas. En los años posteriores, ha habido una política, dictada desde la Unión Europea, de intereses bajos, para fomentar los créditos. Por esta razón, los bancos incrementaron las comisiones de todos sus servicios, de manera considerable, decían que no ganaban suficiente. En los últimos meses, los intereses bancarios han subido hasta un 3% y está anunciado que a mediados de 2023 estarán en un 4,75% aproximadamente. Esto supone, hoy ya, que todas aquellas familias que tengan contraída una hipoteca de interés variable (que son la mayoría), sus cuotas mensuales han aumentado en torno a los 300€. ¿Qué familia con el salario mínimo establecido puede soportar este incremento mensual?

Pero la subida de tipos, al cierre de 2022, ha tenido un efecto inmediato: enormes ganancias para los bancos. El BBVA ha anunciado un incremento del 38% en beneficios respecto al ejercicio anterior, 6.420 M/€. El Santander, un 18,2% de incremento, 9.605 M/€. Caixabank gana 3.145 millones, que supone un 29,7% de beneficio, salvando el efecto de la fusión. El Sabadell un 62%, 859 M/€, y así todos los demás.

¿Qué hará el Gobierno cuando las familias no puedan pagar su hipoteca, consentirá de nuevo el aluvión de desahucios? ¿No sería más justo que los bancos cedan algo, de sus groseras ganancias, a los que no pueden pagar?

Yo creo que es hora de que los bancos devuelvan todos esos millones que les prestaron aquellos que hoy tienen apuros (y el resto de los contribuyentes). El Gobierno no puede consentir que, mientras unos obtienen beneficios a espuertas llenas, otros tengan que optar por dar de comer a sus hijos o pagar la hipoteca, porque de no hacerlo les quitan la casa. Sean cuales sean los tipos de interés, el Gobierno deberá marcar un tope en las hipotecas, para todas aquellas familias cuyos ingresos no les permitan atender los pagos.

Ya sabemos que el sistema capitalista solo funciona cuando permite el enriquecimiento abusivo de los mismos, cuando llegan ‘las vacas flacas’ es el Estado quien tiene que salir al rescate. Ya va siendo hora de que nos enteremos y esta es una buena ocasión para empezar a revertir las cosas.