

Rivas-Vaciamadrid es una ciudad que desde hace décadas se ha venido definiendo como laica. No hay en la mayoría de los nombres de sus calles esa continua referencia a elementos religiosos, sean de la religión que sean. No existe en esta ciudad el peso a veces agobiante de los símbolos religiosos que pueden apreciarse en otras ciudades. Y esto no supone un ataque contra creencia religiosa alguna, sino afirmación de independencia de todas ellas.
Rivas Puede se ha manifestado, a través de su programa electoral y a través de su aún cortísimo recorrido institucional, como una organización no sólo laica, sino que defiende el laicismo. Para posible confusión de muchos, en el seno de Rivas Puede cohabitamos personas con creencias religiosas y otras que no tienen ninguna. Tanto unas como otras defendemos ese laicismo porque tenemos claro algo que muchas personas quieren olvidar: las creencias religiosas son algo que pertenece al ámbito de lo privado, mientras que el Estado y sus distintas administraciones son formas de organización de la sociedad que no deben dotarse de ellas. Ten el crucifijo o adora al profeta en tu casa, si quieres, pero no los lleves al Ayuntamiento o a la escuela, que son la casa de todos.
Al mismo tiempo, sabemos y queremos especialmente recordar a todo el mundo que raza y religión no son sinónimos. Seguramente muchas de las víctimas de anoche en Paris serán árabes, norteafricanos, asiáticos o europeos. En Rivas residen o circulan por sus calles a diario muchas personas de esas mismas razas, y un atentado terrorista podría acabar con cualquiera de ellas.
Rivas Puede considera que todas tenemos el deber de sobreponernos a ese dolor infinito y, justo ahora más que nunca, sacar de nosotras mismas lo mejor que llevamos dentro. Lo que debemos hacer es dar la mano a quienes, por pobreza o por injusticia y persecución, se han acercado a nosotros, independientemente de su origen, color de piel o creencias. Si ellos desean la paz, nosotras también. Vayamos juntos.