España se impone a Rumanía en un olvidable partido del Pre-europeo femenino

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Vence 68-54 a la selección rumana de baloncesto en el último partido del Pre-europeo clasificatorio para el Campeonato de Europa del próximo año en Francia, con los deberes ya hechos y la clasificación conseguida desde la anterior jornada. La selección no consiguió superar la barrera del desinterés y se dejó arrastrar por el juego caótico de Rumanía.

España, ya clasificada desde el partido anterior del Pre-europeo, jugado en Alemania hace unos días, no se jugaba nada frente a Rumanía esta tarde en la Ciudad Deportiva Príncipe Felipe, de Arganda. Las españolas, que dieron comienzo al choque con Ouviña, Cruz, Xargay, Nicholls y Pascua en pista, confirmaron  desde muy pronto que la intensidad en el juego tiene mucho de estado anímico, y que ellas no tenían el adecuado para ofrecer un buen partido a la afición allí presente (unas 1.000 personas, entre las que se contaría un centenar de aficionados rumanos).

Claro está, para que haya un buen partido son necesarias dos voluntades y dos capacidades. Las de las españolas estaban presentes, aunque en algunos casos muy ocultas; pero en el caso de las rumanas faltaba una dosis de calidad suficiente para trenzar ese buen partido. Resultado: un mal encuentro.

Mondelo cambió pronto de pivots, dando entrada a Ana Montañana y a Cindy Lima. La primera , algo apática en defensa y el ataque interior, ofreció un pequeño recital de asistencias, especialmente cuando se asoció con Marta Fernández. Lástima que esta última no acertara a rematar la faena en  lo que podrían haber sido tres o cuatro buenos momentos para el recuerdo. Por su parte, Lima estuvo más bien desafortunada bajo el aro en lo que a encestar se refiere, pero no en cuanto a rebotear, lan ce en el que ofreció un  recital, especialmente en el rebote ofensivo.

Las rumanas sufrieron cada vez que tuvieron que tirar de banquillo, y el recurso más fácil, el de las faltas, salió a relucir amparado por un arbitraje que también  era consciente de lo poco que estaba en juego. Tuvieron mucha permisividad con las continuas faltas de las rumanas cortando la salida en contrataque de las españolas (una situación que se dio en muchas ocasiones, dado lo caótico de las transiciones de aquéllas, lo que llevaba a pérdidas de balón y a robos frecuentes por parte de las españolas).

Al descanso se llegó con un engañoso 38-27, once puntos que no expresaban la diferencia de calidad entre ambos equipos, pero que sí denotaba el escaso esfuerzo realizado por las jugadoras de Lucas Mondelo. Tras el descanso hubo unos minutos en los que España se gustó un poco más y se decidió a estirar el marcador para ponerlo en rentas aún más cómodas. No resultó muy difícil, aunque de nuevo se consiguió más por las dificultades de las rumanas para engordar su casillero que por las virtudes españolas al engrosar el suyo. Al final del tercer cuarto se llegó con un muy redondo resultado de 55-35 y con aroma a bostezo en la grada.

El último cuarto, tan olvidable en general como casi todo el resto del partido, deparó tan sólo alguna incomprensible algarada, motivada por una dureza fuera de lugar de las rumanas, que alcanzaron las 29 faltas personales, sin contar aquellas que los árbitros, un poco indolentes también, se guardaron en el bolsillo. Lucas Mondelo dio minutos a la joven Vanessa Blé, que ha jugado como invitada, minutos que la kjugadora no consiguió aprovechar para encestar, a pesar de que lo itentó con denuedo.

Al final del partido, un concluyente 68-54 que muchos hubieran cambiado por una victoria por un solo punto, pero con más diversión en el la grada.

Video con entrevistas a Elisa Aguilar y Anna Cruz tras el partido

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